La dificultad de la jubilación es la de dar sentido a la vida cada día
Anna Freixas, psicóloga y escritora ha publicado ‘Jo, vella’ (‘Yo, vieja’), un alegato a la vida de la vejez de una forma activa y en positivo. En el texto hay una reflexión sobre los derechos de las mujeres en edad avanzada: justicia, libertad y dignidad. Hablamos con ella sobre los retos psicológicos de esta etapa vital
-¿Cómo observa usted la jubilación de las personas que han dedicado su vida al trabajo y se hallan descolocadas?
-Creo que tiene que ver con la diversificación. Hay una serie de tareas diarias que tienen que ver con la vida, como comprar, cocinar, comer, ver a tu madre… Eso que comentas tiene que ver con personas con una visión muy monolítica de la vida. Las jubilaciones las encajan mejor las mujeres porque están más diversificadas, por las tareas de sostenibilidad que llevan a cabo. Cuando una persona se jubila y no sabe qué hacer con su vida es porque el sentido de su vida es uno solo. Este es el gran problema.
-¿Hay que hacer un proceso menos drástico entre trabajar y dejar de hacerlo?
-Hay sociedades que van dejando progresivamente de trabajar, con tareas a media jornada. Pero finalmente el tema es la diversificación de intereses y actividades, muchas de ellas necesarias para la vida. Esto te permite tener otras relaciones, relacionarte con personas. La diversificación y hallar otras redes de relaciones son claves.
-¿La sociedad empuja a ejercer una vejez según el tópico de la pasividad?
-La sociedad no está preparada, no ha pensado nunca en la vejez, salvo como una fuente económica. No se la ha planteado como un tiempo de vida con derechos, derecho a gozar de una serie de placeres y cosas.
La sociedad no está preparada, no ha pensado nunca en la vejez, salvo como una fuente económica
La infancia sí está pautada, pero en la vejez hay muchos estereotipos: todos los viejos son iguales, explican batallitas, juegan al domino…son los únicos espacios que se les deja. Cuando te jubilas pierdes visibilidad social, política y económica y esto te va arrinconando.
-¿Esto genera problemas psicológicos?
-Claro, porque estamos acostumbrados a un tipo de relación y de repentes te hallas en otra parte.
-¿Los hijos han de contibuir a hacer este tránsito más agradable?
-Mantener la relación con los hijos es importante, porque también se benefician, no solo del cuidado de los nietos. Pero esto depende de la relación que se haya mantenido con los hijos a lo largo de la vida. Y es cierto que los hiojs tienen vidas complicadas, con los hijos y las exigencias de todo tipo.
-Usted reivindica una vejez en libertad…
-El tema de la jubilación es la dificultad que puedes tener de darle sentido a la vida cada día. Hallar ámbitos en los que puedads sentir que formar parte de la sociedad, que la sociedad te necsita y se beneficia de tus conocimientos y de tu presencia, es clave.
-¿Es difícil ejercer este tipo de vejez?
-No es fácil, pero lo puedes hacer con otras personas, porque todas las cosas importantes de la vida se hacen con una comunidad. Si tienes un ‘nosotros’, esto te permite jubilarte con más sentido, mucho más fácilmente que si estás sola.
Si tienes un ‘nosotros’, esto te permite jubilarte con más sentido, mucho más fácilmente que si estás sola
-¿Se marca mucho la diferencia entre productividad y no productividad, en la sociedad, como si tras la jubilación no se pueda hacer nada útil?
-La participación social y política es fundamental, entre otras cosas porue vivimos jubilados muchos años. Son muchos años en los que puedes aportar cosas al bien común.
-Pero la presión para ser un jubilado pasivo, ¿consigue sus propósitos?
-Hay una tentación grande, sí, muchas veces es difícil que la gente mayor participe. A veces la tentación es grande, la de qeudar en casa, cuidar de los nietos… Es una trampa. La participación permite relacione sociales, da mucho más sentido a la vida.
-¿Existe edadismo?
-A veces lo tiene la sociedad y muchas veces las propias personas mayores tienen conductas autoedadistsa, del tipo ‘esto ya no es para mí, ya no tengo edad para tal cosas…’ Y la sociedad invisibiliza, considera que nuestra aportación no es interesante ni necesarioa.
-¿Es complicado psicológicamente enfrentarse a esta mirada social?
-Es un proceso reflexivo, autoreflexivo, en el cual te planteas: ‘qué vida quiero llevar, que tipo de persona vieja quiero ser, qué puedo aportar, que me puede aportar la sociedad’. Es una reflexión importante y necesaria. E insisto en la importancia de pertenecer a espacios similares con otras personas, compartir proyectos que den sentido a la vida.
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