La ventana de Overton y el rearme europeo

En el escenario geopolítico actual, Europa vive una transformación en su discurso sobre la seguridad, evidencia a través del concepto de la «ventana Overton», que describe cómo las ideas impensables se vuelven aceptables. Tradicionalmente, la preparación militar extrema y un alto gasto de defensa estaban fuera del debate diario, pero las tensiones actuales, la intención estadounidense de distanciarse como protector europeo en la OTAN y ciertos intereses políticos han promovido la normalización de mensajes que alertan sobre amenazas inminentes, hasta el punto de promover campañas para adquirir kits de supervivencia.
Esta retórica se refleja en el plan ROARM Europe, por el cual la Unión Europea busca que un aumento tan drástico en el gasto militar fomenta una carrera armamentista intraeuropea.
Además, muchos ven en esta estrategia un intento de expandir la ventana Overton, desplazando el espectro de lo que se considera aceptable y normal en las políticas públicas, de modo que la opinión pública puede moldearse porque, al colocar ideas extremas en el centro de la debate, como la preparación para una guerra o la normalización del gasto militar, el desplazamiento de las limitaciones de lo que se acepta como una norma se facilita. Desafortunadamente, este fenómeno no es exclusivo de la política de defensa; Se ha observado en múltiples áreas donde busca transformar radicalmente las políticas públicas y la percepción social. El desafío para la sociedad es discernir entre una medida que responde a las necesidades reales de seguridad y que, por otro lado, explota el miedo a justificar las controvertidas decisiones económicas y políticas y que tendremos que pagar con más deuda y más impuestos.
Del mismo modo, es importante considerar las implicaciones a largo plazo de tales decisiones porque un aumento considerable en el gasto de defensa podría generar un efecto dominó en la economía europea, desviando los recursos de áreas esenciales como la educación, la salud y la innovación. Por otro lado, el miedo a la amenaza inminente puede consolidar una mentalidad de emergencia permanente en el imaginario colectivo, lo que dificulta desarrollar políticas públicas basadas en la estabilidad y la cooperación.
En este escenario, un debate informado y equilibrado es esencial que permita analizar las verdaderas necesidades de seguridad sin caer en la trampa del alarmismo, de modo que los ciudadanos y los líderes políticos deben sopesar cuidadosamente las ventajas y las desventajas de un aumento tan drástico en el gasto militar, considerando tanto los argumentos de los argumentos de los argumentos más belligerados como de los que abogan por los que abogan por los que abogan por los que abogan por los que abogan por los argumentos de los argumentos de los argumentos más. Abogará a los que abogan por los que abogan por la búsqueda de soluciones pacíficas. La clave será equilibrar la protección necesaria sin caer en una alarma que desvía el curso de la política comunitaria hacia un modelo excesivamente militarista y exclusivo que probablemente persigue enriquecer a algunos a expensas del resto de los europeos.
Finalmente, no entiendo cómo es posible que los gerentes europeos se centren en el tema militar en lugar de la reindustrialización europea antes de un pequeño futuro prometedor contra el poder geopolítico y económico de los Estados Unidos y China que, después de todo, es lo que importará en los próximos años. Nos quedamos fuera de la tabla de negociación entre los grandes bloques regionales que están formando los nuevos saldos del poder global y, como dicen, en la geopolítica, si no está sentado en la mesa, es que usted es parte del menú.
Juan Carlos Higueras es médico de economía y director de programas de MBA en EAE Business School
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