Las elecciones en Bolivia auguran el fin de un ciclo histórico para la izquierda de Evo Morales
Bolivia va a las encuestas este domingo Elija presidente y renovar la Asamblea Legislativa en las elecciones que podrían terminar casi dos décadas de hegemonía del movimiento al socialismo (MAS). La fiesta fundada por Evo Morales, que llegó al poder en 2006 como un bloque inmejorable, hoy enfrenta una fractura interna y un colapso en las encuestas que incluso amenaza su existencia legal.
La campaña ha pasado a la sombra de una crisis económica que cruza todas las casas. El déficit fiscal toca el 10% del PIB, la inflación acumulada hasta julio se acerca al 17% y las líneas en las estaciones de servicio son parte del paisaje urbano. Obtener dólares o productos básicos se ha convertido en una prueba diaria de paciencia.
La ley boliviana requiere que ganar en la primera ronda, un candidato obtenga más del 50 % de los votos válidos, o al menos el 40 % con diez puntos de ventaja sobre la segunda. Si no se logra, habrá una segunda ronda el 19 de octubre, algo que, por primera vez en la historia reciente, dan por sentado todas las encuestas.
Las encuestas ubican en los primeros lugares, el empresario Samuel Doria Medina, de la Unidad de la Alianza, y el ex presidente Jorge «Tuto» Quiroga (2001-2002), de la Coalición Libre, que intenta su cuarta candidatura en dos décadas. Ambos son alrededor del 20% de la intención de votación y representan, con matices, Un turno de las políticas de mercado después de dos décadas de modelo estatista.
Doria Medina, ex Ministra de Planificación (1991-1993), emprendedora del sector del hotel y de la construcción, y vicepresidenta del internacional socialista para América Latina y el Caribe, propone eliminar los subsidios a los combustibles, atraer inversión extranjeraReforma el banco central y explota estratégicamente el litio. Quiroga propone ir al fondo monetario internacional, reducir el tamaño del estado y Reducir los impuestos para alentar la inversión.
Que parece El gran derrotado es el partido gobernante másFundada por el líder Evo Morales y ahora envuelto en divisiones internas. El candidato de Masista es Eduardo del Castillo, ex ministro del actual presidente Luis Arce, quien no alcanza el apoyo del 5%. Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y disidente del MAS, toca el 9%. Sin moral en la boleta electoral y con Arce fuera del concurso, el bloque una vez sólido se ha fragmentado en candidatos menores.
Mientras tanto, Evo Morales ha decidido hacer campaña por el voto nulo. Discapacitado por el Tribunal Constitucional, permanece en su bastión de Cocalero del Chapare mientras enfrenta una orden de arresto por acusaciones de abuso sexual y posiciones de terrorismo. Desde allí, ha llamado a «rascar, tachar» la votación como una «rebelión democrática» contra Arce, sus rivales correctos y contra Rodríguez, a quien acusa de un traidor.
El voto nulo en Bolivia no invalida las elecciones o altera la distribución de los escaños: se descarta el recuento final. Pero Morales busca un resultado simbólico que le permite proclamarse en vigor. «Si el voto nulo toma el 25%, Evo ganó», dijo en Hechos en el que distribuye adhesivos con su rostro para que los votantes los golpearan en la boleta.
Todo parece indicar que Bolivia vive el final de una etapa política que comenzó en 2005 con el primer triunfo de Morales -En Quiroga, por el camino: envuelto en un discurso antineoliberal y alianzas sólidas con unión, sectores indígenas y movimientos de base rural. La nacionalización de los hidrocarburos y el aumento de las materias primas permitieron, durante sus primeros años, un crecimiento sostenido y una reducción de la pobreza extrema.
En 2016, el masismo ya mostró signos de desgaste y Morales perdió un referéndum que le impidió buscar un cuarto mandatopero obligó al Tribunal Constitucional a permitirle. Su re -selección en 2019, bajo quejas de fraude, precipitó su renuncia y salida del país. En 2020, Luis Arce, su mano derecha, tomó la presidencia, pero poco después comenzó una lucha interna por el control de los más que ha debilitado al partido, ahora en peligro de extinguir.
Esta semana, las campañas presidenciales tuvieron sus actos de cierre, antes de la prohibición que comenzó el jueves. Doria Medina recorrió el alto e histórico bastión de la masa, con paseos y discursos; Quiroga reunió millas en un parque de la Paz con música rock y bailes populares, en un acto centrado en jóvenes con estética de Tomorrowland. Ambos prometieron «cambiar el curso» del país y resolver la crisis económica.
En paralelo, El presidente Arce alivió sorprendentemente el mando militar de los tres días de la votación y llamó a los ciudadanos a ir a las urnas «para resolver democráticamente». El Tribunal Electoral Supremo desplegará a la policía y los fiscales en Chapare frente a las amenazas para evitar el voto. Más de cien observadores de la OEA y la Unión Europea supervisarán el proceso.
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