piden concurso culpable de Trabis
Trinitario Casanovaconocido como ‘el rey de la gran bola’ por las brillantes operaciones inmobiliarias que ha llevado a cabo en las últimas décadas, afronta la posible calificación de culpable de la quiebra de su antigua empresa constructora, Edificio avanzado de Trabisdel grupo baraka.
El empresario de Orihuela acudió al Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid declarar en la audiencia de la fase de calificación de la licitación Trabis, cuya celebración se ha retrasado cinco veces.
Casanova llegó pasadas las 9.30 horas de una lluviosa mañana de martes a los juzgados situados en la Gran Vía de Madrid, vestido con bata blanca y traje oscuro.
Cuando finalizó su intervención, abandonó el Juzgado sin escuchar las declaraciones de los peritos ni de la persona a la que trasladó la constructora Trabis, un exempleado, diciendo que tenía «trabajo».

La administración concursal de Trabis afirma que calificación del concurso culpabley que Trinitario Casanova es inhabilitado para administrar bienes ajenos durante ocho años, además de entregar más de 14 millones de euros a los acreedores.
Tanto la administración concursal como los acreedores de Trabis sostienen que la empresa, declarado en quiebra en 2019fue transferido por Trinitario Casanova a un empleado suyo poco antes de suspender los pagos, y tras haber repartido un dividendo de 10 millones de euros.
En 2022, el concurso Trabis pasó a ser declarado como necesariono fortuito.
Casanova declaró este martes ante el Juez que las operaciones de Trabis fueron aprobadas por auditores externos e internos
Uno de los acreedores de la empresa que pertenecía al grupo Baraka, ha manifestado en escritos presentados ante el Juzgado que José Antonio Benimeli -la persona a quien se transfirieron las acciones de la constructora- es «conocida por los acreedores por ser empleado del señor Trinitario Casanova, específicamente su conductor«.
No es más que un testaferro «que se ha dispuesto para figurar primero como administrador único y luego también como socio único de Trabis Edificación Avanzada.»
En la audiencia del martes, Casanova negó que José Antonio Benimeli fuera su conductor. «Tengo un conductor desde hace 20 años, si un día me lleva a algún lugar o algo, alguien más puede llevarme, como lo haría yo, pero él nunca ha sido mi conductor», dijo.
También insistió en que el traspaso de su constructora Trabis, así como el anterior reparto de diez millones de euros en dividendos, fue aprobado por «auditores internos y externos».
El grupo francés Corum afirma que el dividendo repartido por Trabis fue una salida fraudulenta de activos orquestada por Baraka
José Antonio Benimeli, el empleado de Casanova que se hizo cargo de Trabis poco antes de ser declarado en quiebra, dijo este martes al juez que conocía al empresario «desde hacía muchos años, de cuando vivíamos en Orihuela», y que había sido nombrado administrador de varias empresas del grupo Baraka durante «ser una persona confiable«.
Consultado sobre su formación para ser nombrado administrador de empresas como Trabis, Benimeli afirmó que su formación había consistido en trabajar durante muchos años en el grupo Baraka. Y cuando se le preguntó si no le extrañaba que Trinitario Casanova siguiera apareciendo como agente de Trabis tras traspasarle la empresa, dijo que lo ignoraba.
El principal acreedor de Trabis, el grupo francés Córumrepresentada por la firma Cuatrecasas, afirma que el reparto del dividendo a cuenta de diez millones de euros, «supone inequívocamente un Salida fraudulenta de activos de Trabis orquestada por Baraka Business Groupel único beneficiario de dicha salida de capital.
La Fiscalía sostiene que la salida de dinero de Trabis es un embargo de bienes y que se han detectado irregularidades contables
La firma afirma que la “participación y colaboración” de Trinitario Casanova, “Es imprescindible y absolutamente necesario en la trama tramada para el vaciado de Trabis. del cual, además, es el único beneficiario final.
El Fiscalía Provincial de Madrid, Sección de Delitos Económicosadvirtió en un escrito presentado ante la Corte en febrero de 2021 que la constructora Trabis fue despatrimonializado al aprobarse la entrega de un dividendo de 10 millones de euros a Grupo Baraka Capitaluna empresa también propiedad de Trinitario Casanova.
La Fiscal, que este martes no acudió a la vista celebrada en el Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid, indicó en su escrito que estas operaciones de dividendos y pagos «injustificadas» no pueden dejar de concebirse como «una levantamiento de mercancíaslo que podría constituir un delito previsto en el artículo 257 del Código Penal, penado con hasta cuatro años de prisión. También destacó que habían detectado «irregularidades contables relevantes» en las cuentas de la constructora Trabis.
Trabis, visión retrasada
La visión de la clasificación del concurso Trabis debería haberse celebrado en septiembre de 2024pero se retrasó al mes siguiente por enfermedad del abogado de Trinitario Casanova, Óscar Quiroga.
La audiencia prevista para octubre de 2024 fue nuevamente suspendida debido a «problemas de programación«, indicando nuevamente para el 5 de diciembre del año pasado. Pero unos días antes, la representación legal de Trabis solicitó un nuevo aplazamiento, fijando como nueva fecha el 30 de enero de 2025.
El Juez señaló en su auto de auto que la audiencia ya había sido retrasada en cuatro ocasiones «a petición de los acusados«, lo que podría vulnerar el principio de tutela judicial efectiva.
Sin embargo, nuevamente la vista se retrasó unas semanas antes, a petición de uno de los abogados de los imputados, ya que la fecha coincidía con otro juicio en Cartagena. Luego, el Magistrado fijó el 2 de diciembre de 2025 como nueva fecha para la audiencia.
En la audiencia de ayer martes, los abogados de Trinitario Casanova, Trabis Edificación Avanzada y el grupo Baraka, Exigieron la suspensión de la audiencia debido, dijeron, a un retraso en la entrega por parte de la administración concursal del informe de quiebra. El juez rechazó la solicitud.
Casanova, del boom a Plaza España
Al borde del estallido de la burbuja inmobiliaria, en julio de 2008, Casanova vendió su grupo Hispania a otro empresario del sector, José Ramón Carabantepor 650 millones de euros, salvándose así de la hoguera en la que ardieron todos los señores del ladrillo, de luis portillo (colonial) a Joaquín Rivero (Metrovacesa) de paso Fernando Martín (Martinsa Fadesa) o Rafael Santamaría (Rey Urbis).
Dicha operación incluyó la transferencia de las acciones de Banco Popular que Casanova había adquirido poco antes, por valor de 527 millones de euros, casi 400 millones financiados por Banco Fortis.


Trinitario Casanova frente al Edificio España, junto a la entonces alcaldesa Manuela Carmena. EFE
Entre 2007 y 2008, ante la progresiva caída del valor de la entidad financiera en bolsa, el empresario difundió a través de los medios el rumor de que un grupo inversor mexicano quería comprar un bloque de acciones representativas del Popular, incrementando así el valor de las acciones.
Trinitario Casanova fue juzgado por manipulación de la cotización de las acciones del Banco Popular. El Juzgado de lo Penal número 29 de Madrid le condenó a un año de prisión por manipulación de mercado. A mediados de 2017, la Audiencia Provincial de Madrid revocó la sentencia con nueve meses de multa y seis meses de inhabilitación para actuar en el mercado financiero.
A mediados de 2015, a través de su grupo Baraka, Casanova se adjudicó una sucursal de banco situado en la Gran Vía de Madrid, por 20 millones de euros. Al cabo de un mes lo revendió, obteniendo un beneficio de 2,6 millones.
A finales de 2016 acordó la compra del Edificio España en Madrid al grupo chino Wandapor 272 millones y, en cuestión de pocas horas, lo revendió a la cadena hotelera RIU por 300 millones, tal y como se publicó en su momento.
La operación supuso el inicio de una batalla judicial entre RIU y Baraka y también la presentación de demandas por parte de otras empresas que participaron en la misma.
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