Las exmonjas de Belorado recurren la prohibición judicial de acercarse a las hermanas ancianas: «Es inaudito»
La custodia y cuidado de las hermanas mayores del Monasterio de la monjas clarisas cismáticas de Belorado (Burgos) se ha convertido en un nuevo escenario de batalla entre las exhermanas y el Comisario Pontificio. El Juzgado de Instrucción número 5 de Bilbao acordó ayer prohibir tanto a las monjas cismáticas como sus abogados que se aproximen a sus antiguas hermanas como medida de protección, dada la avanzada edad de éstas.
[–>[–>[–>El pasado 18 de diciembre, tras la intervención de la autoridad judicial, un médico forense y la Guardia Civil para rescatar a las hermanas mayores del Monasterio de Orduña, los facultativos del Hospital Universitario Basurto de Bilbao realizaron una evaluación de su estado de salud.
[–> [–>[–>Tras realizarlo, decidieron el ingreso de tres de ellas debido «al gran deterioro en que se encontraban por las condiciones insalubres, precarias y deficitarias en las que vivían y que ellas mismas han manifestado». Las otras dos hermanas, que no quedaron ingresadas, empezaron a participar en la vida de los Monasterios de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu que las acogieron.
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La decisión judicial no ha sentado nada bien a las monjas cismáticas, cuyo abogado, Florentino Alaez, ha sostenido este miércoles en declaraciones a Efe que esa medida judicial es algo «inaudito», ya que deja a esas monjas mayores sin posibilidad de defensa.
[–>[–>[–>El letrado ha incidido en que la medida busca que «las mayores no puedan ser manipuladas», aunque ha insistido en que ellos, como abogados, representan a las mayores.
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Alaez ha explicado también que otro abogado de las exmonjas había pedido a la jueza que autorizase poder visitar a las mayores, aunque fuera acompañado de alguien de la federación, solicitud que les ha sido denegada.
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[–>La decisión del Juzgado de Bilbao, conocida ayer, se plantea como una medida cautelar, y se extiende a los abogados y procuradoras de las exmonjas disidentes, según informó en un comunicado la Oficina del Comisario Pontificio, que la Santa Sede designó para resolver el cisma y que es el arzobispo de Burgos, Mario Iceta.
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