Macron busca en los socialistas su salvavidas ante la caída de su primer ministro
Al borde de una nueva crisis política y social, Emmanuel Macron también afronta una crisis de popularidad histórica para un presidente de la Quinta República. El índice de aprobación del jefe de Estado cayó en los últimos meses seis puntos y alcanzó su nivel más bajo desde 2017, un 15%.
Macron no está solo. Su primer ministro, François Bayrou, quien se enfrenta este lunes a un voto de confianza -que él mismo convocó- en la Asamblea Nacional, le acompaña con este récord de impopularidad con un 14% de aprobación de los franceses. Su nivel más bajo desde que llegó a Matignon, a pesar de sus esfuerzos por acercarse a los ciudadanos con su nuevo rol como youtuber.
Una pérdida de popularidad que se expande hasta romper viejas tradiciones, como la histórica en la que la derecha republicana eludía pedir la dimisión de un presidente. Sin embargo, desde hace unos días, figuras destacadas de la derecha republicana han empezado a barajar la hipótesis de la dimisión de Emmanuel Macron.
«La verdadera pregunta es quién quieren los franceses que gobierne Francia. Por eso, la única solución (…) es que el presidente de la República acepte la idea de programar su dimisión», afirmó hace unos días, el alcalde republicano de Meaux, Jean-François Copé, en RTL. No es la primera vez que Copé pide la dimisión de Macron. El otoño pasado durante la crisis política de Barnier fue uno de los primeros en hablar de unas elecciones presidenciales anticipadas.
El alcalde de Cannes, David Lisnard, también republicano, también pidió la dimisión del presidente recientemente; “debe reconocer su fracaso”, insistió durante una entrevista para Ouest-France, e incluso la presidenta de Los Republicanos en la región de Île-de-France, Valérie Pécresse ha sido de las últimas en señalar unas “elecciones presidenciales anticipadas”.
«No digo que deba irse, digo que su decisión será llamar al pueblo francés a las urnas, y que, en mi opinión, una disolución sería un segundo fracaso», aclaró Pécresse, quien también fue candidata republicana en las últimas elecciones presidenciales. Sin embargo esta idea no convence a todos y ha provocado una división en las filas republicanas.
¿Macron debería dimitir? Retailleau y Sarkozy se oponen
El ministro del interior y presidente de Los Republicanos, Bruno Retailleau, se opone a una dimisión del presidente que llevaría a una “debilitación de las instituciones”: «Hago un llamamiento a los políticos para que no presionen al presidente de la República. ¿Por qué? Porque debilitaría nuestras instituciones. Repito, soy gaullista. Y debilitaría a todos los presidentes que vengan después», expresó hace unos días.
Unas declaraciones apoyadas también por el expresidente Nicolas Sarkozy: «Nunca pediré la dimisión del jefe de Estado. No debemos, ni podemos, equiparar a un primer ministro designado con un presidente elegido por el pueblo francés», afirmó en una entrevista para Le Figaro, aunque señaló que no hay otra solución que disolver la Asamblea Nacional; «¡Sería extraño haber optado por la disolución ayer cuando nada lo exigía y negarse a hacerlo hoy cuando la decisión es necesaria!».
Tras la pista socialista
Pocos son los que a estas alturas guardan alguna esperanza de que este lunes Bayrou consiga los votos suficientes de la Asamblea Nacional para continuar en el cargo. Por eso, la pregunta ya no reside en qué pasará este lunes, sino qué pasará tras la caída del primer ministro.
De ahí que los últimos movimientos en el Palacio de Matignon se hayan centrado en buscar al candidato perfecto que pueda sustituir a Bayrou, y que evite un nuevo bloqueo político. Esa llave parece que podría tenerla los socialistas. En los últimos días, la pista de un posible primer ministro socialista se postula como una solución creíble para sortear el fantasma de la disolución de la Asamblea Nacional.
Si eso ocurre, se trataría del primer ministro socialista desde 2017 con Bernard Cazeneuve. Sobre la mesa ya hay un favorito; el actual secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure, quien se ha mostrado dispuesto a aceptar el puesto. Una opción que también parece convencer a la derecha republicana. “Nos comprometimos a no censurar. No censuraremos a un gobierno socialista ni a un gobierno de Agrupamiento Nacional», afirmó este jueves Laurent Wauquiez.
No obstante, si esto se materializa podría ocasionar la ruptura total del Nuevo Frente Popular, esa unión de izquierdas creada en junio de 2024 durante las elecciones legislativas para combatir a la extrema derecha. Una agrupación que desde el principio mostró importantes grietas y que en los últimos meses ha enfrentado numerosas crisis, en especial, tras la negativa de los socialistas a votar a favor de una moción de censura contra Bayrou presentada por sus socios insumisos.
Precisamente, La Francia Insumisa tiene otros planes y ya lo demostró a finales de agosto rechazando la invitación al Palacio de Matignon y anunciando que presentará una moción de destitución contra Macron el 23 de septiembre.
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