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Travis Pastrana y su Subaru Brat hacen temblar Australia

Travis Pastrana y su Subaru Brat hacen temblar Australia
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  • Publisheddiciembre 15, 2025



Diecisiete años después del vídeo que cambió las reglas del juego automovilístico, Gymkhana vuelve con fuerza. La saga que convirtió a Ken Block en un icono global regresa con 2025 en pausa y con Travis Pastrana como ‘el nuevo maestro del caos’Australia como escenario brutal y un Subaru Brat sintonizado con niveles de demencia como protagonista absoluto. Olvida lo que creías saber sobre derrapes, saltos y locuras sobre cuatro ruedas: Gymkhana Aussie Shred es el capítulo más salvaje, cinematográfico y apasionante de la historia de la serie. Y fue difícil mejorarlo.

La historia comienza en medio del desierto australiano. Pastrana acelera el Brat, una pick-up nacida en 1978 que hoy entrega 670 CV y ​​920 Nm gracias a un cuatro cilindros 2.0 Boxer Turbo construido a mano, y se lanza literalmente a uno de los infinitos trenes de carretera que atraviesan el interior de Australia. El salto es tan bestial que parece sacado de una película de Mad Max, pero es real. De allí se dirige a una ciudad perdida donde repite guiños míticos a la saga original de Gymkhana: donuts perfectos alrededor de un tipo vestido de canguro en un Segway. Sí, has leído bien. El humor absurdo y la precisión quirúrgica permanecen intactos.

La Gymkhana Aussie Shred será la última en tener a Travis Pastrana como conductor

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La joya de la corona llega cuando aterrizas en Mount Panorama, el hipódromo sagrado de Bathurst. Mientras toda la parrilla de autos australianos con motor V8 se pone en marcha en una carrera real, Pastrana irrumpe, precipitándose hacia los lados, zigzagueando entre ellos como si el Patán Mocoso tuviera alas.. Curvas imposibles a todo gas, humo interminable y una recta final donde te toparás cara a cara con un Chevrolet Camaro de carreras.

El broche de oro de Gymkhana Aussie Shred lo pone la ciudad de Sídney en plena noche: derrapes bajo el Harbour Bridge, neumáticos ardiendo en los muelles y un sonido de escape que retumba como un trueno entre los rascacielos. Australia, que cerró sus puertas a Ken Block hace diez años por sus estrictas leyes, ahora ha abierto todas sus ventanas. Brian Scotto, el cerebro de Hoonigan, lo resume perfectamente: «Teníamos una cuenta que saldar con este país y esta es también la última Gymkhana de Travis. Así que lo dimos todo en todo: cámara, localización y cinematografía». El resultado es un espectáculo de 15 minutos que te deja sin palabras y con ganas de repetirlo una y otra vez.



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